Prostitución y misticismo, un vínculo perdido

En ocasiones resulta curioso cómo las cosas han cambiado tanto, en mucho o en poco tiempo, hasta convertirse en algo totalmente distinto a lo que eran en origen. Evidentemente, la evolución de la cultura y la sociedad tiene un protagonismo patente en este tipo de cambios. Las modas, la forma en la que entendemos el mundo, también varía. Por fortuna, la apertura sexual de los últimos años está permitiendo que ser gay o bisexual hoy en día ya no sea un infierno, como hasta hace poco lo era. Poco a poco, la sociedad se está abriendo al respeto total y absoluto por los demás, con el objetivo algo utópico de crecer realmente sin diferencias. Las seguirá habiendo, porque es imposible eliminarlas del todo, pero al menos parece que vamos por el buen camino, el del respeto y la consideración a los demás, sea cual sea su raza, su orientación o su trabajo.